-¡Ya estamos!- Refunfuña un hombre al entrar en el salón de su casa-¡Ya ha llegado la loca de la bayeta!- Mira la mesa del salón con desesperación y comienza a gritar- ¡¿Dónde coño has puesto mis cosas?!¡Estás desquiciada!¡Esta también es mi casa!¡Y yo también trabajo!¡¿Sabes?!-
Ella entra en el salón con aire de suficiencia y le mira con desprecio:-¡Están en la cocina, que es el sitio de trabajar!- Y se encamina hacia allí.
Él la sigue y ya en la cocina revisa todos los documentos que había dejado el la mesa del salón. Parecen estar todos.
-¡Que sea la última vez que tocas mis cosas!-Le advierte señalándola con el dedo-¡No te lo voy a repetir!-
Ella está apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados y cuando la amenaza también estalla:-¡A mí no me hables así!¡Ni me señales con el dedo!
-¡No toques mis cosas!-
-¡Tenemos una habitación llena de tus mierdas!¡Y no tenemos despacho porque guardas hasta juegos del Expectrum !¡Así que si hay que trabajar en la cocina, lo hacemos los dos!¡¿Vale?!- Le responde ella iracunda.
-¿Mis juegos?- dice él en bajo-¡¿Y tus zapatos, qué?!¡No toque más mis cosas!¡No te lo voy a volver repetir!- Se acelera él.
-¡Ni yo lo de la cocina!- Y con esto parece haber quedado zanjada la discusión. Él está rabioso y para no seguir discutiendo se centra en sus cosas…Pero hay algo que falta…
-¡¿Y mi móvil?!- mira sus cosas con desesperación y se dirige a ella chillando
Ella le contesta con displicencia forzada, se siente culpable:-¡Y yo qué sé, donde lo hayas dejado tú!- y aunque le acabe de decir que no es su problema, se pone a buscar el teléfono.
-Ya te vale-Refunfuña él-...¡Por eso te digo que no toques mis cosas!-Vuelve a enfadarse.
-¡Tranquilo! Te hago una llamada perdida y lo encontramos- Ella coge su teléfono y le llama:
Ella entra en el salón con aire de suficiencia y le mira con desprecio:-¡Están en la cocina, que es el sitio de trabajar!- Y se encamina hacia allí.
Él la sigue y ya en la cocina revisa todos los documentos que había dejado el la mesa del salón. Parecen estar todos.
-¡Que sea la última vez que tocas mis cosas!-Le advierte señalándola con el dedo-¡No te lo voy a repetir!-
Ella está apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados y cuando la amenaza también estalla:-¡A mí no me hables así!¡Ni me señales con el dedo!
-¡No toques mis cosas!-
-¡Tenemos una habitación llena de tus mierdas!¡Y no tenemos despacho porque guardas hasta juegos del Expectrum !¡Así que si hay que trabajar en la cocina, lo hacemos los dos!¡¿Vale?!- Le responde ella iracunda.
-¿Mis juegos?- dice él en bajo-¡¿Y tus zapatos, qué?!¡No toque más mis cosas!¡No te lo voy a volver repetir!- Se acelera él.
-¡Ni yo lo de la cocina!- Y con esto parece haber quedado zanjada la discusión. Él está rabioso y para no seguir discutiendo se centra en sus cosas…Pero hay algo que falta…
-¡¿Y mi móvil?!- mira sus cosas con desesperación y se dirige a ella chillando
Ella le contesta con displicencia forzada, se siente culpable:-¡Y yo qué sé, donde lo hayas dejado tú!- y aunque le acabe de decir que no es su problema, se pone a buscar el teléfono.
-Ya te vale-Refunfuña él-...¡Por eso te digo que no toques mis cosas!-Vuelve a enfadarse.
-¡Tranquilo! Te hago una llamada perdida y lo encontramos- Ella coge su teléfono y le llama:
"You know that it would be untrue
You know that I would be a liar
If I was to say to you
Boy, we couldn't get much higher
Come on baby, light my fire
Come on baby, light my fire
Try to set the night on fire"
-¡Pero si soy yo cantando!- Dice ella sorprendida- Me tienes a mí cantando en la melodía del móvil- Y le mira con amor, no puede estar enfadada después de esto.
-Me encanta que me cantes al oído para despertarme, así que me hice el dormido y te grabé- Le confiesa meloso.
-¡Que..!¡Que mono eres Madre!-Está entusiasmada -Perdona por lo del salón, a veces se me olvida que te quiero- Le abraza- Pero cuando haces estas cosas ...me encantas ¡Guapo!- Le da un beso
-Yo también te quiero, mi niña- Le dice él tiernamente-Aunque cantes fatal- Y se ríe, se ríen juntos.
-Me encanta que me cantes al oído para despertarme, así que me hice el dormido y te grabé- Le confiesa meloso.
-¡Que..!¡Que mono eres Madre!-Está entusiasmada -Perdona por lo del salón, a veces se me olvida que te quiero- Le abraza- Pero cuando haces estas cosas ...me encantas ¡Guapo!- Le da un beso
-Yo también te quiero, mi niña- Le dice él tiernamente-Aunque cantes fatal- Y se ríe, se ríen juntos.
-¡Anda ya!-La tormenta ha pasado-¡Si me tienes grabada!...¡Pónmela otra vez, porfa!...Que me gusta...-
