27 junio, 2007

Haciendo cochinadas





-Mi amor, hueles a lluvia- Le susurra él al oído por la espalda, acaba de entrar en el salón- Tu melancolía cubre de niebla la habitación- Ella está mirando por la ventana y no se gira cuando le dice:

-Abrázame ¿Quieres? ¡Tengo frío!-

-No hace frío, estás triste, solo es eso-

-Bésame, este silencio me angustia- Suplica ella- Cuando llueve, la ciudad parece muerta en pleno día. Es como un holocausto nuclear. Todo se detiene-

-Mi niña, mañana saldrá el sol otra vez- La abraza con fuerza. Ella arquea la espalda y exala un gemido. Él, sintiéndose invitado, comienza a recorrer su cuerpo con las manos. La acaricia lenta, pero apasionadamente y sus manos no encuentran resistencia. Le besa el cuello, nota la espalda de ella agitándose con respiraciones entrecortadas y cómo presiona su pubis. Vuelve a abrazarla y hunde la nariz en su pelo.

-Me gusta como hueles-

-¡No pares ahora! No puedo enfrentarme al vacío-

-No puedo parar, hueles a lluvia mi vida- Le desabrocha la cremallera trasera y sus besos se abren paso dentro del vestido. Ella pega la cara al cristal y sus jadeos lo empañan. Una gota de sudor perla su frente.

-¡Más fuerte!- Implora ella, y él introduce la rodilla entre sus piernas y la empuja contra el cristal.

-¡Ay!- Grita ella-¡¿Me has quitado un grano?!-

-No he podido evitarlo- Le susurra él y continúa besándole la espalda.

Ella se gira y le mira a los ojos:

-Me has quitado un grano- Comienza a reírse- ¡Madre, cómo está el patio!

-No he podido resistirme- Y gesticulando mucho- ¡Era enoooorme!- Se ríe, y acto seguido vuelve a posar los labios sobre el hombro de ella mientras sus manos se deslizan bajo la falda.

-Mmmm…¡ufff!...- Suspira sofocada-Mmmm...ja, ja, ja, estás hecho un castigador- La idea le acaba de venir a la cabeza- Placer contenido y picos de dolor lacerante- se sigue riendo

-Era muy grande- se justifica él

-Escatología, dominación…-Continúa ella-¡Sadomasoquismo!

-Lo estaba pidiendo a gritos- Responde él, se está enfadando, no le ve la gracia- ¡Ya vale! ¡Te estás pasando!-Le dice, y además sigue con la mano dentro de sus bragas. Empieza a ser humillante. Pero ella no cesa.

-¡Ay, Ay, Ay! ¡Que me ahogo!- Le abraza desvencijada por la risa- Me ibas a hacer el amor apa… Apasionadamente…Y…-Coge aire- ¡Me has quitado un grano!¡Estás fatal chico!-

-Lo sé- Contesta él- Pero te estás riendo ¿no?-

-¡Es cierto!¡Ya no me siento triste!- Ya no se ríe , pero sí sonríe y le acaricia la mejilla mirándole a la cara- ¿sabes? Tengo otro que está apuntito en la cadera-

-Lo sé-

-¡Ah! ¿Sí?-

-Hace días que les sigo la pista a ambos-